Se podría decir que el cristianismo posmoderno está en proceso, y está apenas comenzando a desarrollar su propio sistema de creencias. El movimiento, fuertemente relacionado con la iglesia emergente, ha cautivado y continua cautivando a infinidad de jóvenes y líderes que, en algunos casos, anteriormente habían sido parte de un cristianismo más conservador y ortodoxo. Luego de que en el siglo XVIII la filosofía modernista comenzara a permearse en la teología dando lugar al surgimiento de la teología liberal; el racionalismo, empirismo, darwinismo, naturalismo, agnosticismo, materialismo y marxismo consecuentes fueron el caldo de cultivo para el surgimiento, a principios del siglo XX, del posmodernismo; y, como consecuencia, su posterior infiltración e influencia en el mundo cristiano.
“He conocido al Jesús del protestantismo conservador, centrado en la crucifixión. Comencé a tener problemas con este concepto de Jesús que me salvó del infierno. También conocí otro Jesús, el de los pentecostales, y parecía más personal, más en sintonía con mis necesidades. Conocí también al Jesús de los católicos romanos y de la Iglesia ortodoxa oriental. El Jesús del protestantismo liberal me dio una perspectiva fresca sobre el amor, la sanidad, la compasión y justicia. El Jesús de la teología de la liberación me recordó que Jesús es el campeón de los pobres, y me desafió para llegar a ser un activista enfrentado a la injusticia”. Brian McLaren (Pastor asociado al cristianismo posmoderno, figura popular dentro de la iglesia emergente)
LOS ORÍGENES
La inmensa mayoría de los posmodernistas surgieron de la tradición atea marxista. Ludwig Wittgenstein afirmó que el lenguaje obstaculiza la verdad y, dado que es limitado, impide el conocimiento de la verdad. Michel Foucault concluyó que no podemos tener un conocimiento objetivo. Jaques Derrida negó la idea de que el lenguaje tenga un significado fijo. Esto dio paso a la filosofía deconstruccionista estableciendo que no podemos tener conocimiento de algo. Por lo tanto, al negar el significado a las palabras y rechazar métodos empíricos, tales pensadores ayudaron a construir una filosofía que rechaza toda verdad objetiva y establece que la verdad es relativa a la cultura de cada persona. Dicho concepto deconstruccionista establece la base para que la idea conservadora y bíblica de Dios deba ser eliminada de la cultura occidental, debido a que tal concepto absolutista, objetivo y no relativo tiende a resultar ofensivo.
1. Revelación y verdad
La teología posmoderna rechaza el concepto de verdad absoluta. Afirma que los seres humanos no pueden tener un conocimiento objetivo de nada. La única verdad es lo que es “cierto” para cada uno, lo cual lleva a adoptar el pluralismo religioso y el ecumenismo dado que es imposible que una sola religión pueda ser la verdadera.
2. Las Escrituras
Dentro de la teología posmodernista, el rechazo de la postura conservadora es generalizado. Debido a la negación de la objetividad, la inerrancia e infalibilidad bíblica es negada. Mientras las Escrituras se convierten solo en narrativa y/o mito, el significado del texto fluctúa y es relativo según la subjetividad de cada intérprete.
3. Dios
Al deconstruir el significado normal de las palabras, Dios se convierte en un concepto abstracto, los milagros se descartan y el “amor” se transforma en la deidad suprema.
4. La Iglesia
Al rechazar la visión ortodoxa clásica de las Escrituras, el modelo bíblico de la iglesia local, junto con su estructura y su jerarquía, desaparece para dar lugar a una neo-iglesia deconstruida. Mientras las doctrinas se rechazan, la prédica se transforma en diálogo o en silencio, el discipulado en entretenimiento, el evangelismo en activismo y justicia social; y bajo la premisa de asimilación cultural, el concepto de infierno y juicio desaparece haciendo inexistente la moral bíblica objetiva.
5. La moralidad
Al darle más importancia a la cultura que a la verdad del evangelio, los dogmas históricos de la fe cristiana son abandonados. El planteamiento es que el evangelio debe cambiar para que sea aceptado y popular. Esto conlleva a tildar como buenos ciertos comportamientos bíblicamente pecaminosos, dado que la moralidad solo es un constructo social creado para oprimir a las minorías.
El posmodernismo
El cristianismo posmodernista no ofrece un fundamento objetivo para lo que cree o para explicar por qué no creen en la verdad objetiva de las Escrituras. Todo se reduce a mero sentimentalismo y cuestiones de preferencias personales y subjetivas. Al rechazar la moral absoluta tampoco posee estándares morales objetivos ni distinción alguna entre lo bueno y lo malo. Tal filosofía posmodernista atea, maquillada de cristianismo, es una máscara que otorga una suerte de permiso para vivir la vida que a cada uno le plazca: una vida inmoral.
Sin embargo, la tragedia máxima es que finalmente el cristianismo posmodernista deconstruccionista finalmente solo conduce a la incredulidad, al agnosticismo y al ateísmo, rechazando por completo la verdad, la misericordia, la gracia y el amor demostrado en Cristo mediante su Evangelio.
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Fuente:
Paul Enns, Compendio Portavoz de Teología, Editorial Portavoz, 2012, pp. 675-693. CONSIGUE EL LIBRO AQUÍ
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