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Foto del escritorEric Mansilla

El pastorado femenino no es bíblico


En 2017, una encuesta que se llevó a cabo en EE.UU. evidenció que un 80% de los estadounidenses están cómodos con una pastora, el 62% de los cristianos practicantes están abiertos a pastoras, y el 40% de los evangélicos están cómodos con pastoras. Por otra parte, la preparación pastoral académica requiere unos tres o cuatro años. Actualmente, el 50% de las mujeres inscritas en seminarios estadounidenses son mujeres preparándose para el ministerio pastoral. Sin embargo, en 1960 ese porcentaje solo era un 2%. Sin lugar a dudas, el feminismo se ha introducido muy fuertemente en la iglesia. En otras palabras, ha caído la última frontera que quedaba contra el marxismo cultural: la iglesia evangélica. Quizás las pastoras y las predicadoras son la evidencia más obvia de la iglesia contemporánea rebelándose en contra de la Biblia, la Palabra de Dios.


“Como en todas las iglesias de los santos, vuestras mujeres callen en las congregaciones; porque no les es permitido hablar, sino que estén sujetas, como también la ley lo dice. Y si quieren aprender algo, pregunten en casa a sus maridos; porque es indecoroso que una mujer hable en la congregación”. 1 Corintios 14:34-35
“La mujer aprenda en silencio, con toda sujeción. Porque no permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino estar en silencio. Porque Adán fue formado primero, después Eva; y Adán no fue engañado, sino que la mujer, siendo engañada, incurrió en transgresión”. 1 Timoteo 2:11-14

El Antiguo Testamento

Al hablar del ministerio de la mujer en la iglesia tenemos que ir, en primer lugar, al principio de todo: al orden de la creación. Dios hizo al hombre varón y hembra, a su imagen y semejanza; eso quiere decir que Dios tenía la intención de que el hombre lo representara en la Tierra. Nosotros sabemos por las Escrituras que en la Trinidad hay un orden: está Dios el Padre, Dios el Hijo y Dios el Espíritu Santo. Dios el Hijo voluntariamente se somete a la voluntad del Padre, y eso no lo hace menos Dios, eso no lo hace inferior. Cuando Dios crea la sociedad humana, Él la crea con esa estructura de autoridad y pone al hombre como cabeza.



El Nuevo Testamento

Cuando hablamos de la mujer como pastora, en 1 Timoteo 2:12, el apóstol Pablo dice claramente que él no permite que la mujer asuma ese papel, precisamente porque estaría violentando ese orden estructural que Dios creó para la sociedad humana, cómo debería funcionar el hogar, cómo debería funcionar la sociedad y cómo debe funcionar la Iglesia. Entonces, en ese sentido la respuesta es que la Biblia claramente enseña que la mujer no debe ministrar en la Iglesia, como pastora. Ahora bien, primero tenemos que resaltar el hecho que eso no hace a la mujer inferior al hombre en el mismo sentido que Dios Hijo no es inferior a Dios Padre. Justamente eso dice 1 Corintios 11:3, que el Padre es la cabeza del Hijo y el hombre es la cabeza de la mujer. Si la mujer sería inferior al hombre, entonces tendríamos que decir que Dios Hijo es inferior a Dios el Padre. Nada más alejado de la Escritura.



El rol en la iglesia local

La mujer tiene un papel importante en la vida y ministerio de la iglesia local. Si bien es cierto que Dios llama al hombre a ser pastor, no todos los hombres son pastores. De hecho, muchos hombres también tienen diferentes ministerios y llamados dentro de la iglesia aunque no todos sean pastores ni prediquen. Entonces, en ese sentido Dios le da dones de enseñanza a la mujer, Dios le da dones de liderazgo a la mujer; sin embargo, Dios quiere que lo ejerza en un contexto particular, acorde a su diseño, acorde a los diferentes requisitos que Él ha asignado.



Contra el orden

Con respecto a 1 Timoteo 2:11-14 y 1 Corintios 14:33, se trata del estándar universal para todas las iglesias. Según el diseño de Dios, la humanidad está constituida de familias, y dónde las familias ordenadas por Dios son fuertes, usted tiene una sociedad fuerte y una iglesia fuerte. Los hombres guían, alimentan, protegen, proveen; las mujeres apoyan y sustentan, los hijos obedecen. Isaías 3 deja bien en claro que cuando se derroca el orden divino, los resultados son siempre desastrosos. Es un juicio divino sobre una nación que sus niños y sus mujeres estén al mando del poder. Actualmente, especialmente en latinoamérica, las mujeres están apoderándose de muchas iglesias, desplazando el papel de los hombres y de los más maduros en la fe.


"En el Nuevo Testamento no hubo ninguna mujer que fuera apóstol, ... no hubo tampoco una pastora, anciana. Ningún libro del N.T. es escrito por una mujer, ningún sermón femenino es jamás registrado. ... Y cada vez que Dios designa a personas, todos son hombres. Este es el orden divino". John MacArthur

Las mujeres tienen un rol vital en la vida de la iglesia local, pueden ministrar de distintas maneras, y reciben dones de parte de Dios en su soberanía. La Biblia no solo se opone al machismo, sino que según la Escritura la mujer es igual en valor y dignidad que el hombre (Gn 1:27). No obstante, esto no significa que una mujer o incluso la esposa del pastor sea o deba ser pastora en la iglesia. De hecho, la Biblia enseña que la mujer no debe ejercer el pastorado en la iglesia local (1 Ti 2:12). Sin embargo, el feminismo continua influencia muchas iglesias, lo que lleva a una rebelión femenina en contra de la Palabra de Dios. Dicha desgracia refleja de manera abierta la oposición y desobediencia abierta al mandato claro de la Palabra de Dios. Ha sido aceptable en nuestra cultura, y ahora es aceptable inclusive en el mundo evangélico. Sin embargo, nada anula la clara enseñanza de la Palabra de Dios de que Él no le permite a la mujer ejercer ese tipo de ministerio en la Iglesia.


Fuentes:


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