Al inicio de su carrera en el monasterio, Martín Lutero se topó con un libro de sermones de Jan Hus, un bohemio que había sido condenado como hereje. En sus palabras posteriores, Lutero expresó que quedó impresionado y asombrado por este encuentro, sin poder comprender por qué habían condenado a un hombre tan distinguido que explicaba las Escrituras con tanta solemnidad y destreza. Para Lutero y otros reformadores, Hus se convirtió en un héroe debido a que predicaba temas fundamentales de la Reforma, como la oposición a las indulgencias, un siglo antes de que Lutero redactara sus 95 Tesis. Jan Hus, nacido en 1369 de padres campesinos en Husinec, en el sur de la actual República Checa, en sus primeros años acortó su nombre a Hus ("ganso"), y él y sus amigos solían hacer juegos de palabras con su nombre. Esto continuó siendo una tradición, especialmente con Lutero, quien recordaba a sus seguidores al "ganso" que fue "cocinado" por desafiar al papa.
“Señor Jesús, es por ti que pacientemente soporto esta cruel muerte. Te ruego que tengas piedad de mis enemigos”. Jan Hus
Primeros años
Para escapar de la pobreza, Hus se preparó para el sacerdocio para asegurar un buen sustento. Obtuvo una licenciatura, una maestría y finalmente un doctorado. Fue ordenado en 1401 y se convirtió en el predicador de la Capilla de Belén en Praga, que tenía 3000 feligreses y era la iglesia más popular en una de las ciudades más grandes de Europa. Además, esta iglesia era un centro de reforma en Bohemia, donde se predicaban sermones en checo en lugar de latín. Durante estos años, Hus experimentó un cambio significativo. A pesar de pasar tiempo con lo que él llamaba una "secta tonta", finalmente se sumergió en el estudio de la Biblia, lo que eliminó de su mente las ideas que consideraba absurdas. Los escritos de Wycliffe despertaron su interés por la Biblia, y estos también estaban causando agitación en Bohemia. La Universidad de Praga estaba dividida entre checos y alemanes, y las enseñanzas de Wycliffe solo aumentaron esta división.
A medida que abrazaba las ideas reformistas de Wycliffe, Hus comenzó a confiar cada vez más en la Biblia y a desear retener, creer y afirmar su contenido mientras viviera. Se desencadenó un conflicto político en el que los alemanes tacharon a Wycliffe y a sus seguidores como herejes. Con el respaldo del rey de Bohemia, los checos tomaron la iniciativa, lo que obligó a los alemanes a buscar refugio en otras universidades. La situación se complicó debido a la política europea, que presenció la rivalidad entre dos papas por el control de la cristiandad en su totalidad. En 1409 ambos papas fueron depuestos y Alejandro V fue elegido como el legítimo pontífice.
Se prende la mecha
Sin embargo, Alejandro finalmente se alineó con las autoridades eclesiásticas de Bohemia en contra de Hus, quien continuó criticándolos. A pesar de que a Hus se le prohibió predicar y fue excomulgado en papel, continuó sus labores religiosas con el respaldo de los locales en la Capilla de Belén. Después de que el antipapa Juan XXIII permitiera la venta de indulgencias para financiar una cruzada personal, Jan Hus se indignó y se radicalizó aún más. Ya no podía respaldar la autoridad moral del papa, quien claramente actuaba en beneficio propio. Hus se aferró a la Biblia como la máxima autoridad en la iglesia y argumentó que las indulgencias estaban explotando al pueblo checo, lo que también implicaba una crítica al rey de Bohemia, que se beneficiaba de las ganancias de estas.
Hus fue citado al Concilio de Constanza en noviembre de 1414 para explicar su doctrina, con garantías de un salvoconducto. Sin embargo, fue arrestado de inmediato y permaneció encarcelado durante meses, sin la oportunidad de exponer sus ideas. En lugar de rendirse, apeló a Jesucristo como el único Juez justo y todopoderoso, manteniendo firmes sus convicciones mientras estaba en prisión. Finalmente, el 6 de julio de 1415, Hus fue llevado a la catedral, despojado de sus vestiduras sacerdotales y se le dio una última oportunidad para retractarse en la hoguera. Hus declinó y oró mientras las llamas lo envolvían. A pesar de que sus restos fueron arrojados a un lago para borrar todo rastro de él como "hereje", algunos checos recolectaron tierra del sitio de su ejecución como un monumento.
Legado
El testimonio de Jan Hus, el valiente reformador religioso, es un recordatorio poderoso de la importancia de mantener la fe inquebrantable en Dios y en Su Palabra, incluso cuando enfrentamos persecución y adversidad. Su disposición para dar testimonio de la verdad, incluso ante la hoguera, refleja un profundo amor por Dios y un deseo de obedecer Su Palabra sobre todas las demás autoridades terrenales. Su valentía y su compromiso con la Palabra de Dios continúan inspirando a generaciones de creyentes a seguir firmes en su fe.
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Fuente:
Mark Galli, Ted Olsen, Giancarlo Montemayor, Joel Rosario, Iván Mesa; 50 cristianos que cambiaron el mundo; B&H Publishing Group en español; 2021; pp. 279 - 283 CONSIGUE EL LIBRO AQUÍ
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