Desde libertinos inmorales hasta ascetas extremos, el gnosticismo fue tal vez la herejía más peligrosa que amenazó a la Iglesia desde el tiempo mismo de los apóstoles. El gnosticismo, como movimiento religioso refleja la tendencia sincrética de la época, habiendo recibido influencias del pensamiento filosófico griego, como el platonismo y el estoicismo; así también como del pensamiento oriental budista y persa. Se cree que durante el período helenístico pre-cristiano, el gnosticismo primeramente pudo haber entrado en contacto con el judaísmo, dando como resultado ciertos escritos judíos, como el Libro de Enoc. Sin embargo, un importante desarrollo del movimiento se producirá en el primer siglo, cuando se encuentre con la Iglesia cristiana, y con la doctrina predicada por los apóstoles...
“Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo. En esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios; y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios; y este es el espíritu del anticristo, el cual vosotros habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo”. 1 Juan 4:1-3
Orígenes y enseñanzas
Al entrar en contacto con el cristianismo, el gnosticismo no se estableció como una secta homogénea, sino que adoptó diversas formas y variantes a lo largo del tiempo y en diferentes regiones. Cada una de estos grupos sectarios tenía sus propias características, enseñanzas y escritos sagrados. Sin embargo, en líneas generales; el gnosticismo se basaba en un enfoque místico, intuitivo, subjetivo, interno, y emocional de la verdad. Los gnósticos predicaban un conocimiento superior, secreto y elitista basado especialmente en principios filosóficos, misterios de iniciación, mezclados con algunas doctrinas cristianas, ritos y leyes religiosas judías, e incluso elementos esotéricos y de magia. Su carácter ecléctico, místico y espiritual le permitió penetrar muy fácilmente en las primeras comunidades cristianas primitivas.
Enseñanzas
El pensamiento gnóstico está basado principalmente en dos enseñanzas:
1. En primer lugar adopta un dualismo en cuanto al espíritu y la materia. Los gnósticos aseguran que la materia es inherentemente mala y el espíritu es bueno. En otras palabras, el mundo material es malo, pero la gnosis o el conocimiento secreto es bueno.
2. La verdad superior es secreta y es dada a conocer solamente a unos pocos. El conocimiento secreto es adquirido no en la doctrina apostólica, sino en algún plano místico superior de la existencia. Esto hace que se vean a sí mismos como una clase privilegiada y elitista, elevada sobre todas las demás por su conocimiento más elevado y profundo de Dios.
Doctrinas principales
En cuanto a la salvación, el gnosticismo enseñaba que la salvación se gana a través de la adquisición del conocimiento divino el cual lo libera a uno de las ilusiones de las tinieblas. En cuanto a Jesucristo creían que el cuerpo físico de Jesús no era real, sino que sólo “aparentaba” ser físico y que Su espíritu descendió sobre Él en Su bautismo, pero lo dejó justo antes de Su crucifixión. En cuanto a la verdad, usaban una variedad de escritos heréticos conocidos como los evangelios gnósticos, que aseguraban tener conococimiento oculto de Jesús o de sus discípulos más cercanos.
Contra la doctrina apostólica
La herejía gnóstica se oponía muy fuertemente a la doctrina enseñada por los apóstoles. Casi al final de su vida, el apóstol Juan escribió su Evangelio con el principal objetivo de contrarrestar la herejía y manifestar la deidad de Cristo (Jn. 1:1-3,14; 5:22-23; 8:58; 14:8-9; 20:28). Además, en 1 y 2 de Juan expone también la humanidad de Cristo, dado que Él también ha venido en la carne (1Jn.4:3-7; 2 Jn.1:7-11). No obstante; en lo que concierne a las prácticas de la secta, principalmente se encontraban, por un lado, los grupos más libertinos e inmorales. Estos practicaban de manera explícita y sin restricción toda clase de de inmoralidad sexual como incesto, orgías, adulterio, fornicación, fiestas y sacrificios a los ídolos, en consonancia incluso a su asistencia regular a la iglesia. Por otro lado; se encontraban los grupos más ascéticos que insistían en la mortificación y el castigo del cuerpo, y en la privación de toda clase de placeres. Dado su carácter clandestino y secreto, solían aislarse cada vez más de la sociedad despreocupándose de los deberes, responsabilidades y cuestiones del mundo presente.
La herejía
Mientras que la doctrina apostólica ordenaba seguir la santidad, algunos grupos enseñaban la inmoralidad sexual. Mientras Jesucristo ordenaba a los cristianos salir por el mundo, predicar el evangelio y ser de agente de cambio y mejora social, otros grupos enseñaban el ascetismo. Empero, con el tiempo, la herejía fue tomando diversas formas: desde la rama del judaísmo esotérico como la secta caraíta o la kábbala, pasó también por los esenios, mandeístas y maniqueos. Asímismo; con los valentinianos, barbelognósticos y cerintianos; incluso con grupos más inmorales como los adamitas o los nicolaítas. Aun asi; debido a su sistema teológico y doctrinal clandestino y secreto, no es mucho lo que nos ha llegado de ellos. Lo que no es un misterio es que Jesús no dijo nada acerca de la salvación a través del conocimiento (Ef. 2:8-9). La salvación que ofrece Cristo es gratuita y disponible para todos (Jn3:16), no solo para un selecto grupo que haya alcanzado una revelación especial. El cristianismo afirma que hay una fuente de la Verdad y que esa es la Biblia, la inspirada e inerrante Palabra del Dios viviente, la única norma infalible de fe y práctica.
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Fuentes:
1. Marcos Antonio Ramos, Nuevo Diccionario de Religiones, Denominaciones y Sectas, Editorial Grupo Nelson, 1998, pp. 6, 29, 42, 46, 79-80, 98,110, 178. CONSIGUE EL LIBRO AQUÍ
2. Alfonso Ropero, Mártires y perseguidores, Editorial Clie, 2010, pp.25-26, 40-41, 103-104. CONSIGUE EL LIBRO AQUÍ
3. Alfonso Ropero, Gran Diccionario Enciclopédico de la Biblia, Editorial Clie, 2013, pp.1023-1042. CONSIGUE EL LIBRO AQUÍ
4. Francisco Lacueva, Diccionario Teológico Ilustrado, Editorial Clie, 2007, pp.160-161. CONSIGUE EL LIBRO AQUÍ
5. Cesar Vidal, Los orígenes de la Nueva Era, Editorial Grupo Nelson, 1996, pp.7-18. CONSIGUE EL LIBRO AQUÍ
6. F. Bermejo Rubio, La Escisión Imposible: lectura del gnosticismo valentiniano, Editorial Universidad Pontificia, 1998, pp. 76-85.
7. Hans Jonas, La religión gnóstica: el mensaje del Dios extraño y los comienzos del cristianismo, Editorial Siruela, 2000,
pp. 36-60, 76-80, 172-173.
8. gotquestions.org/Espanol/gnosticismo-cristiano
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