La secta de los nicolaítas es mencionada en Apocalipsis 2:6-15, y estaba presente en Éfeso, Pérgamo y otras ciudades de Asia Menor. Mucho se ha hablado sobre el origen de la secta, pero al día de hoy poco se sabe con certeza. Aun así, pese a la oscuridad del término, desde los inicios de la Iglesia, varios padres de la Iglesia han mencionado la herejía. Ireneo (Contra Her. I.26.3 y III.11.1) habla sobre ella pero no añade nada a lo mencionado en Apocalipsis, excepto que “llevaban vidas de desenfrenada satisfacción de las pasiones”. Tertuliano se refiere a ellos, pero aparentemente sólo conoce lo que había dicho Juan (Sobre Prescripción contra Herejes 33; Contra Marción I.29; Sobre el Pudor 17). Hipólito, al igual que Ireneo, firma que el diácono Nicolás prosélito de Antioquía fue el autor de la herejía y del grupo sectario (Philosph., VII, XXVI). Veamos un poco más en profundidad sobre la herejía nicolaíta en el siglo primero y sus enseñanzas.
“Pero tengo unas cuantas quejas en tu contra. Toleras a algunos de entre ustedes que mantienen la enseñanza de Balaam, quien le enseñó a Balac cómo hacer tropezar al pueblo de Israel. Les enseñó a pecar, incitándolos a comer alimentos ofrecidos a ídolos y a cometer pecado sexual. De modo parecido, entre ustedes hay algunos nicolaítas que siguen esa misma enseñanza”. Apocalipsis 2:14-15 NTV
Nicolás y sus seguidores
Partiendo del término Nicolás, se han propuesto diversas hipótesis que podrían llegar a indicar el significado original de la palabra. Muchos concuerdan que puede referir a Nicolás, prosélito de Antioquía, uno de los siete elegidos a petición de los apóstoles para cuidar de las viudas y judeocristianos pobres de lengua griega (Hch. 6:5). Por otro lado, el término nicolaítas viene del griego y significa simplemente «los seguidores de Nicolás». El término aparece sin traducir en todas las versiones actuales de la Biblia, por lo que puede ser difícil definir con total certeza su significado original.
El significado
En un primer acercamiento etimológico, el término griego Nicolás (gr. Nikólaos) literalmente significa conquistador o victorioso del pueblo (niko: conquistador, laos: pueblo). Watchman Nee, el pastor protestante chino martirizado por la China comunista del siglo XX, propuso que el término designaba a quienes establecieron la dominación jerárquica sobre la iglesia, y refería a un grupo de personas que se consideraba a sí mismas superiores a los creyentes comunes. Una postura similar sostuvo también el Rev. William M. Branham, controversial ministro del movimiento carismático, profético, pentecostal y de sanación del siglo XX. Sin embargo, por otro lado; dado el contexto gramático-textual del pasaje, es posible que sea un juego de palabras para reproducir en griego el significado hebreo del nombre Balaam (heb. Beal am = gr. niké laón). Esto es lo que propuso en el siglo XVII el hebraísta, exégeta, filólogo y teólogo calvinista germano-holandés, Johannes Cocceius.
Sus enseñanzas
Cualquiera sean las teorías sobre el significado del término, la mejor clave para identificar las enseñanzas de la secta es la alusión histórica a Balaam (Nm.22-27) que Juan realiza en Apocalipsis 2:14. Según el texto, al igual que Balaam, los nicolaítas condujeron a las personas a la inmoralidad y a la maldad. La Carta a la Iglesia de Pérgamo vincula a la secta con la falsa enseñanza de Balaam, que hizo descarriar a Israel. De este modo, las obras de los nicolaítas implicaban inmoralidad sexual y a comer cosas sacrificadas a los ídolos, todo en nombre de la libertad cristiana. Clemente de Alejandría añadió que los nicolaítas “se entregaban al placer como las cabras”, dado que estos enseñaban a los cristianos que su libertad en Cristo les permitía participar de las orgías paganas. Los nicolaítas sedujeron gravemente a la Iglesia con la inmoralidad y la idolatría.
Gnosticismo
La secta de los nicolaítas no dejaba de ser una secta de corte gnóstico. Los gnósticos se consideraban cristianos de un orden superior, aquellos que habían pasado de la fe sencilla del pueblo ignorante a la sabiduría de los iniciados en los misterios divinos. La herejía gnóstica enseñaba la idea de la condenación de la materia y de la carne. Algunos afirmaban que era necesario la eliminación de todos los placeres, el castigo y martirización del cuerpo para, a través del padecimiento de la carne, contribuir a la liberación del espíritu, promoviendo un modo de vida ascético. Sin embargo, otros grupos, como los nicolaítas, afirmaban que, dado que la salvación depende únicamente de la gnosis del alma, el comportamiento del cuerpo era irrelevante, liberándolo de toda atadura moral y carnal.
La herejía
Como oposición a los judaizantes que querían imponer la pesada carga de la Ley mosaica a aquellos que no eran judíos sino gentiles; los nicolaítas de origen gnóstico al creer que el espíritu era más importante que la carne, comenzaron a practicar lo que hoy se conoce como antinomianismo (gr. anti: “en contra de”; nomos: “ley”). Incitaban a los cristianos a no observar las prescripciones del Concilio de Jerusalén, que se había reunido el año 50 d.C. (Hch. 15:29) y, mientras promovían la asistencia a fiestas paganas y a la participación de la inmoralidad y depravación sexual; al mismo tiempo los invitaban a unirse a la iglesia para adorar a Jesucristo. Sin embargo, a diferencia de la Iglesia de Pérgamo, la Iglesia de Éfeso no toleraba a los nicolaítas, sino que aborrecía sus enseñanzas heréticas. Ellos permanecieron fieles a Cristo y a la enseñanza apostólica.
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Fuentes:
1. Alfonso Ropero, Mártires y perseguidores, Editorial CLIE, 2010, pp. 41-104, 369. CONSIGUE EL LIBRO AQUÍ
2. Alfonso Ropero, Gran Diccionario Enciclopédico de la Biblia, Editorial CLIE, 1990, pp. 1789-1791. CONSIGUE EL LIBRO AQUÍ
3. Eli Lizorkin-Eyzenberg, ¿Quiénes fueron los Nicolaítas en el mundo de Éfeso y Pérgamo?, blog.israelbiblicalstudies.com, 19 abril, 2015.
4. Evis L. Carballosa, La deidad de Cristo, Editorial Portavoz, 1982, pp. 5-6. CONSIGUE EL LIBRO AQUÍ
5. Johannes Cocceius, Cogitationes de apocalypsi S.Johannis theologi, II, v.6, Lugdunum Batavorum, 1665, p.28.
6. Patrick Healy, Nicolaites, The Catholic Encyclopedia. Vol. 11 Robert Appleton Company, 1911.
7. John MacArthur, Comentario MacArthur del Nuevo Testamento: Apocalipsis, Editorial Portavoz, 1999, pp.63-64, 70-71,98-99. CONSIGUE EL LIBRO AQUÍ
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