¿Por qué la naturaleza obedece leyes? ¿Quién escribió las leyes físicas del universo? Muchos científicos se han admirado de las CUATRO FUERZAS DE LA NATURALEZA. Estas fuerzas, o leyes, suponen un serio problema para los ateos porque son una voz de la racionalidad escuchada a través de los mecanismos mismos de la materia.
Estas leyes son matemáticamente precisas, son universales y están “atadas unas con otras”. ¿Por qué la naturaleza viene empapada en esta forma? Esta es la pregunta que se han venido formulando los científicos, desde Newton hasta Einstein, Heisenberg y muchos otros contemporáneos. Y su respuesta ha sido generalmente... la Mente de Dios. Veámoslas.
“Quiero saber cómo creó Dios este mundo. Quiero conocer sus pensamientos. No soy ateo ni panteísta. Vemos un universo maravillosamente ordenado y sujeto a ciertas leyes, aunque solo comprendamos oscuramente tales leyes. Nuestras mentes limitadas intuyen la fuerza misteriosa que mueve las constelaciones. Dios se manifiesta en las leyes de la naturaleza como un espíritu inmensamente superior al hombre”. Albert Einstein (Físico, matemático y científico)
Fuerza fuerte
Opera en el interior de los átomos, concretamente en el núcleo. De ella depende toda la variedad de elementos químicos que recoge la tabla periódica. Es la que mantiene unidas estructuras subatómicas como los quarks y los neutrones.
Fuerza electromagnética
Es cien veces más débil que la fuerte y se encarga, ante todo, de producir la luz física, el principio vital por excelencia, así como las múltiples interacciones que existen entre los distintos átomos. De ella dependen todas las moléculas que constituyen tanto la materia inerte como la de los seres vivos.
Fuerza débil
Es mil veces más reducida que la electromagnética. Actúa en el núcleo atómico y se la considera responsable, entre otras cosas, de la radioactividad.
Fuerza gravitatoria
Continúa siendo la más misteriosa y débil de las cuatro fuerzas conocidas. A pesar de ser 6x10-39 menos potente que la fuerza fuerte, se encarga no solo del fenómeno periódico de las mareas sino también de la peculiar estructura que poseen las galaxias.
El gran Legislador
La física actual coincide en sus predicciones sobre el origen de la materia del universo con aquellas palabras del Génesis: “en el principio creó Dios los cielos y la tierra”.
Las leyes de la física conciben el universo como una inmensa red informática constituida por múltiples interruptores, colocados cada uno de ellos en la posición precisa para que todo funcione y sea posible la vida y el ser humano sobre el planeta Tierra. Las constantes físicas parecen conspirar entre sí de manera extraordinaria para permitir que el universo sea adecuado para el planeta, y que este lo sea para el hombre. Si el delicado equilibrio que existe entre estas constantes no fuera el que es, la vida no hubiera sido posible. El cosmos fue ajustado con suma precisión por una Mente Inteligente que sabía muy bien lo que hacía. Alguien debió calcular bien los números. Ese alguien no puede ser otro que el Dios personal de la Biblia.
La tarea científica requiere del amor por la verdad, pero también la objetividad en las afirmaciones, el rigor en el trabajo y la humildad intelectual. Buscar la verdad, implica analizar la realidad y llegar a conclusiones coherentes, lógicas y libres. Es decir, que no estén sometidas a cualquier manipulación ideológica.
“Parece mejor suponer que el origen de las fuerzas ciegas de la naturaleza se deban a un acto intelectual deliberado”. Sir Fred Hoyle (astrónomo agnóstico inglés)
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Fuentes:
1. Antonio Cruz, Introducción a la apologética cristiana, Editorial Clie, 2021, pp. 99-101. CONSIGUE EL LIBRO AQUÍ
2. Antonio Cruz, La Ciencia ¿encuentra a Dios?, Editorial Clie, 2004, pp. 369-372. CONSIGUE EL LIBRO AQUÍ
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