Los misterios de Dios no pueden ser entendidos por completo con la mente. Si todos Sus misterios pudieran ser captados, Dios ya no sería Dios. Y el misterio de la Santísima Trinidad, es uno de ellos. Un único Dios verdadero, tres veces santo (Isaías 6:3). Dios es el creador infinito, todopoderoso, majestuoso, eterno; y nosotros somos creación finita y limitada, por lo que debemos reconocer los límites de nuestra razón. Sin embargo, contra las ideas posmodernas sobre el lenguaje, el conocimiento y la verdad, la verdad es que sí podemos conocer a Dios mediante Su palabra textual ya revelada, usando la razón humana y el lenguaje que Él nos dio. Aunque es cierto que Dios es mayor de lo que la razón humana puede comprender plenamente, esto no significa que el hombre no puede conocer cosas acerca de Dios, su naturaleza y atributos.
“Las palabras “Dios es amor” no tienen ningún sentido a no ser que Dios contenga al menos dos Personas. El amor es algo que una persona tiene por otra. Si Dios fuera una sola persona, entonces antes de que el mundo fuera creado, no era amor”. C.S.Lewis
Dios Padre
El Padre es Dios: Jn 6:27; R 1:7; 1 Pe 1:2. El Padre es la causa esencial de:
1) el universo (1 Co 8:6; Ap 4:11);
2) la revelación divina (Ap 1:1);
3) la salvación (Jn3:16-17);
4) las obras humanas de Jesús (Jn 5:17; 14:10).
El Padre pone en marcha todas estas cosas. Dios es nuestro Padre no solo porque es nuestro Creador, sino también porque es nuestro Redentor; esto es lo que distingue la relación del cristiano con Dios y lo que nos permite relacionarnos con Él como Padre.
Dios Hijo
El Hijo es Dios: Jn 1:1, 14; Ro 9:5; Col 2:9; Heb 1:8; 1 Jn 5:20. El Hijo, completamente humano y completamente divino, Jesucristo, es la persona a través de quien el Padre hace las siguientes obras:
La creación y mantenimiento del universo (1 Co 8:6; Jn 1:3; Co 1:16-17).
2) La revelación divina (Jn 1:1; Mt 11:27; Jn 16:12-15; Ap 1:1).
3) La salvación (2 Co 5:19; Mt 1:21; Jn 4:42).
El Padre hace todas estas cosas a través del Hijo, quien al llamarse a sí mismo Hijo, afirma ser igual a Dios (Jn 0:33; Mr 2:6-12). En el Hijo, nos hemos convertido en herederos del reino del Padre, co-gobernantes con Él e incluso jueces de los ángeles (1 Co 6:3).
Dios Espíritu Santo
El Espíritu Santo es Dios: Hch 5:3-4; 1 Co 3:16. El Espíritu Santo es el medio por el cual el Padre hace las siguientes obras:
1) La creación y mantenimiento del universo (Génesis 1:2; Job 26:13; Salmos 104:30).
2) La revelación divina (Jn 16:12-15; Ef 3:5; 2 Pe 1:21).
3) La salvación (Jn 3:16; Ti 3:5; 1 Pe 1:2).
4) Las obras de Jesús (Is 61:1; Hch10:38).
UN ÚNICO DIOS, TRES PERSONAS
Hay un único Dios: Dt 6:4; 1 Co 8:4; Gá 3:20; 1 Tim 2:5; que está compuesto de tres personas: Gn 1:1; 1:26; 3:22; 11:7; Is 6:8; 48:16; 61:1; Mt 3:16-17; 28:19; 2 Co 13:14.
La pluralidad de Dios se evidencia en Gn 1:1 cuando se utiliza el nombre plural Elohim; y en Ge 1:26, 3:22, 11:7, Is 6:8 donde se usa el pronombre plural nosotros. Sin duda, Elohim y nosotros se refieren a más de una persona.
Los miembros de la Trinidad se distinguen el uno del otro en varios pasajes: el SEÑOR (Ge 19:24; Os 1:4), que tiene un Hijo (Sal 2:7-12; 45:6-7; He 1:8-9), y el Espíritu (Num 27:18; Sal 51:10-12, Jn 14:16-17).
Cada persona de la Trinidad es Dios, hay subordinación dentro de la Trinidad que no niega la deidad de ninguna persona de la Trinidad, y los miembros individuales de la Trinidad tienen diferentes tareas.
"Dios, pues, es amor. Se pregunta si se refiere al Padre, o al Hijo, o al Espíritu Santo, o a la Trinidad, que no es tres dioses, sino un solo Dios. El Padre es amado por el Hijo, el Hijo por el Padre; y su amor mutuo, ese amor que los une, es el Espíritu Santo, la unidad misma de la Trinidad". Agustín de Hipona
La idea cristiana es única en el mercado de ideas del mundo. Los cristianos llaman a Dios su Padre porque eso es lo que Jesús les enseñó a hacer a sus discípulos. Hizo esto no para enfatizar que Dios es nuestro Redentor. Jesús tenía una relación única con Dios el Padre que quería compartir con sus seguidores. Por naturaleza, no somos hijos de Dios. Como sus criaturas, no tenemos nada en común con su ser divino, pero por la presencia de su Espíritu Santo en nuestro interior, hemos sido integrados en la vida de la Trinidad. Es por esta presencia del Espíritu en nosotros que podemos acercarnos al Padre y tener una relación con Él. Este llamamiento elevado tiene un precio, porque así como el Hijo glorificó a su Padre mientras estuvo en la tierra, nosotros también estamos llamados a glorificarlo (Jn 17:1-26). No podemos lograr esta tarea con nuestras propias fuerzas, sino solo en y a través de la relación que el Padre nos dio con el Hijo y el Espíritu Santo. Es al Padre al que oramos, a través del Hijo y en el Espíritu, porque ese es el modelo de nuestra relación con Dios, la misma que Él nos ha revelado en su Palabra.
Fuentes:
Agustín de Hipona, De Trinitate, Libro VI, Capítulo 5; Libro XV, Capítulo 7; Libro III, Capítulo 23.
C.S.Lewis, Mero Cristianismo, Libro IV, Capítulo 2 y 3.
Grace Community Church, El Padre, El Hijo y El Espíritu Santo, 12 Junio 2017
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